<<Hacia finales de los 80 y principios de los 90, cuando el mundo estaba inmerso en un proceso agresivo de globalización, los gobiernos de los países, sobre todo en Latinoamérica, se vieron en la necesidad de llevar a cabo las reformas que permitieron la entrada de inversionistas privados a la operación portuaria, con lo que se alcanzaron altos índices de productividad y eficiencia en las terminales, algo que no sucedía con el gobierno al frente.